Forma extraña de morir que eligió ella. Con la sangre saliendo de sus venas, la mirada perdida hacia un nuevo paisaje, una nueva tierra. Yo sé que sigue viva en alguna parte donde acaso repita esta rutina de morir a voluntad para evadir la vida que es infinita, que se esparce en todas direcciones sin medida.
Cuantas conciencias reflejadas en algo que se llama alma piensan y analizan esta situación. Este cuadro trágico y de esperanza perdida. De busca, entre tantas, de una sola vida. Una realidad donde todo vaya bien, al menos como se espera, como se sueña y desea.
Cuantas prófugas entre estrellas, entre tiempos y universos, realidades y sueños que son lo mismo de alguna manera.
Cierro el expediente. Pronto, en alguna otra parte o en este mismo lugar estaré una vez más ante la misma persona, la misma conciencia infinita de que uno es todos, la individualidad se multiplica en cada mirada, cada sonrisa, cada muerte y cada vida.
Martín Espinoza, 05 de agosto de 2021
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