Despertó un día de esos extraños donde no se sabe bien que hora es. El cielo gris no dejaba ver el sol que con su difusa luz parecía no estar y estar en todas partes a las vez. Caminó sin problemas hasta el baño pero cuando llegó a verse en el espejo del botiquín notó algo extraño.
No podía creerlo, no entendía nada pero su felicidad fue inmensa. Nuevamente era quien había sido en su juventud, hace ya varias décadas. Recordó un sueño extraño que había tenido esa noche donde un ser oscuro le preguntaba que quisiera tener alguien que ya todo tenía en la vida. Su respuesta había sido: juventud, volver a tener veinte años.
No consiguió ropa de su talle así que se puso lo que pudo y bajó las escaleras ante la mirada incrédula y sorprendida de quienes estaban en la planta baja. Fue un encuentro violento donde lo increparon por creerlo un ladrón, un invasor.
¡¿Dónde está en señor!?. ¿Qué has hecho con él?
Él simplemente se reía a carcajadas al ver como sus antiguos empleados no lo reconocían. Fue atacado y se pudo defender sin problemas pero hirió a su su ya anciano mayordomo quien cayó al piso y no pudo levantar más.
¡Tranquilo! ¡Soy yo! -Le dijo.
¡¿Dónde está en señor!?. ¿Qué has hecho con él? -Le volvieron a responder.
Comprendió que esa ya no era su casa o al menos esa gente no lo iba a dejar estar en paz en su viejo hogar. Salió corriendo, saltó por la ventana con toda su agilidad recuperada. Cruzó la calle corriendo y fue hasta la vieja cochera donde tenía unos autos en su variada colección. Entró, rompió un armario y sacó unas llaves. Eligió por nostalgia uno de sus primeros coches y se fue de ahí.
¿Dónde puedo ir ahora? -Pensaba mientras conducía por un camino de tierra para que nadie lo viera.
Era ya de noche, tenía hambre pero nada de dinero. No iba a usar sus tarjetas de crédito porque seguramente estarían bloqueadas. Y en la parte más oscura del camino estaba esa persona oscura, como esperando su paso, su llegada.
Lo reconoció inmediatamente y detuvo la marcha de su vehículo. Subió, se sentó a su lado y con una sonrisa le dice que le había conseguido su deseo.
¡Pues menudo lío me has conseguido con tu hazaña!
¡Nadie me reconoce, nadie me respeta y estoy huyendo cual prófugo de la justicia. Anoche tenía paz y esperaba mis últimos días en la comodidad de mis cosas. Hoy no sé quien soy. Tengo este auto viejo, ropa que ya no es mía y ni un peso en el bolsillo.
Pero tienes una nueva oportunidad. Una nueva vida, otro inicio. Puedes triunfar o fracasar cuando quieras. Ser el de antes o mejor, o incluso peor. La libertad es absoluta.
¡Creí que era un sueño nada más! Nunca imaginé que estas cosas pasaran realmente. Quiero volver a como estaba anoche. Viejo pero con mis cosas, mi riqueza, mis sirvientes. Mi soledad.
Ya es tarde amigo. Tu deseo ha sido concedido y me debes algo por eso. En su momento sabrás cual es mi precio por este servicio. Ahora tienes esa juventud perdida pero pierdes lo que has obtenido en tu vida casi extinta.
Quedó solo en la nada del camino, de esa senda vacía donde solamente había una sola linea a seguir: adelante. Ya había amanecido y comprendió que debía seguir, mejor dicho, debía comenzar de nuevo donde sea. Tal vez esa sea su redención o su castigo por haber sido quien era.
No podía creerlo, no entendía nada pero su felicidad fue inmensa. Nuevamente era quien había sido en su juventud, hace ya varias décadas. Recordó un sueño extraño que había tenido esa noche donde un ser oscuro le preguntaba que quisiera tener alguien que ya todo tenía en la vida. Su respuesta había sido: juventud, volver a tener veinte años.
No consiguió ropa de su talle así que se puso lo que pudo y bajó las escaleras ante la mirada incrédula y sorprendida de quienes estaban en la planta baja. Fue un encuentro violento donde lo increparon por creerlo un ladrón, un invasor.
¡¿Dónde está en señor!?. ¿Qué has hecho con él?
Él simplemente se reía a carcajadas al ver como sus antiguos empleados no lo reconocían. Fue atacado y se pudo defender sin problemas pero hirió a su su ya anciano mayordomo quien cayó al piso y no pudo levantar más.
¡Tranquilo! ¡Soy yo! -Le dijo.
¡¿Dónde está en señor!?. ¿Qué has hecho con él? -Le volvieron a responder.
Comprendió que esa ya no era su casa o al menos esa gente no lo iba a dejar estar en paz en su viejo hogar. Salió corriendo, saltó por la ventana con toda su agilidad recuperada. Cruzó la calle corriendo y fue hasta la vieja cochera donde tenía unos autos en su variada colección. Entró, rompió un armario y sacó unas llaves. Eligió por nostalgia uno de sus primeros coches y se fue de ahí.
¿Dónde puedo ir ahora? -Pensaba mientras conducía por un camino de tierra para que nadie lo viera.
Era ya de noche, tenía hambre pero nada de dinero. No iba a usar sus tarjetas de crédito porque seguramente estarían bloqueadas. Y en la parte más oscura del camino estaba esa persona oscura, como esperando su paso, su llegada.
Lo reconoció inmediatamente y detuvo la marcha de su vehículo. Subió, se sentó a su lado y con una sonrisa le dice que le había conseguido su deseo.
¡Pues menudo lío me has conseguido con tu hazaña!
¡Nadie me reconoce, nadie me respeta y estoy huyendo cual prófugo de la justicia. Anoche tenía paz y esperaba mis últimos días en la comodidad de mis cosas. Hoy no sé quien soy. Tengo este auto viejo, ropa que ya no es mía y ni un peso en el bolsillo.
Pero tienes una nueva oportunidad. Una nueva vida, otro inicio. Puedes triunfar o fracasar cuando quieras. Ser el de antes o mejor, o incluso peor. La libertad es absoluta.
¡Creí que era un sueño nada más! Nunca imaginé que estas cosas pasaran realmente. Quiero volver a como estaba anoche. Viejo pero con mis cosas, mi riqueza, mis sirvientes. Mi soledad.
Ya es tarde amigo. Tu deseo ha sido concedido y me debes algo por eso. En su momento sabrás cual es mi precio por este servicio. Ahora tienes esa juventud perdida pero pierdes lo que has obtenido en tu vida casi extinta.
Quedó solo en la nada del camino, de esa senda vacía donde solamente había una sola linea a seguir: adelante. Ya había amanecido y comprendió que debía seguir, mejor dicho, debía comenzar de nuevo donde sea. Tal vez esa sea su redención o su castigo por haber sido quien era.
Martín Espinoza, 08 de noviembre de 2024
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