domingo, 29 de julio de 2018

UNIVERSAL DIVAGUE


El tiempo cambió, no el clima, si no el mismo paso del tiempo que se mide en el reloj. No sé como explicarlo, todo va más veloz, las horas duran menos, los días son más breves, los años pasan cada vez con mayor rapidez. Y lo raro es que todos nos damos cuenta de eso, pues comentamos lo rápido que pasan los meses, que pasa todo. Pero a nadie parece importarle tal evento.

Esa rapidez justamente es lo que me llama la atención, ese acortamiento de los plazos temporales de las cosas, del universo mismo en el cual nos encontramos inmersos. Pues el tiempo es una ilusión. Todo sucede, todo pasa a la vez. Principio y final, presente, pasado y futuro son lo mismo. El tema es que nuestra ilusión de tiempo está cambiando.

Somos un conjunto de partículas, caóticas en algunos universos que, en su infinidad de variantes, en algún momento adquiere un orden y nos determina, nos da forma y vida, a nosotros y a todo lo que nos rodea. Lo que apreciamos, pensamos y sentimos como verdad, como la realidad, no deja de ser nuestra construcción limitada por la propia mente y sentidos.

Espero que cuando nos demos cuenta que todo es una misma cosa, todos los tiempos, todos los universos, toda la humanidad y humanidades probables. Y que lo pensamos alfa y omega de las cosas, personas y estrellas es falso, tal vez ese sea el principio de alguna revelación, de una especie de evolución en la percepción y conciencia nuestra de las cosas. Lo veo poco probable, pero no pierdo la esperanza.

Martín Espinoza, 29 de julio de 2018.-


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