Acaso
todo fue mentira. O eso es lo que parece. Quien gobierna olvida a sus
votantes y atiende sus propios problemas. Duele ver a quienes lo
compadecen como si fuera la víctima cuando fue y es parte de todo lo
pasado.
Ignorantes
o cómplices. Quien sabe. Tal vez yo mismo sea cómplice por neutro,
por seguir como si nada. Quizás todos lo seamos, queramos o no.
Porque lo votamos todos, incluso quienes no lo votamos y este el
precio que estamos pagando.
Y
quien diga que esto es culpa de la democracia es un necio o un
retrógrado, hay que recordarle que el nacismo fue abolido hace
décadas. Pero acá estamos, lamentando las consecuencias, miseria,
hambre, una posible guerra.
La
prensa lo apoya, todo es color de rosa, claro, si no abrimos los
ojos. Creo que es imposible dormir en la mentira cuando las pruebas
son irrefutables. Pienso que a esta altura se está con ellos por una
supina ignorancia o una complicidad criminal.
Pero
bueno, es lo que nos ganamos, lo que merecemos por necios, por
ciegos, por soberbios. Nos gobierna Mauricio, el mismo que antes
criticamos tanto, ese mismo. Si señores, hoy somos el pueblo de
Mauricio Trump.
Martín
Espinoza, 17 de febrero de 2017